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Inteligencia Emocional

La inteligencia emocional se define como la habilidad del ser humano para reconocer sus propias emociones, manejarlas efectivamente, solucionar los problemas adecuadamente, auto motivarse y reconocer las emociones en los demás (Goleman, 1995). La buena noticia es que la inteligencia emocional se puede aprender, desarrollar y fortalecer. Los componentes de la inteligencia emocional pueden aprenderse de igual forma en que se aprenden otras destrezas si se les brinda la oportunidad al individuo de desarrollar estas habilidades de manera formal y estructurada.

La teoría sobre la inteligencia emocional explica que es como si la persona tuviera dos cerebros, dos mentes y dos clases de inteligencia: la racional y la emocional. El éxito en la vida está determinado por ambas. Los pensamientos no pueden funcionar de manera óptima sin la inteligencia emocional. Supongamos, que una persona se pone muy ansioso ante un examen o ante una presentación oral, si esto sucede, la capacidad de pensar adecuadamente se ve empañada o nublada por la ansiedad. Por consiguiente, la ejecución del se puede ver afectada. No por su potencial intelectual si no por la ansiedad.

De igual manera, el control del coraje requiere de establecer un balance entre los impulsos emocionales y la racionalidad para manejar este estado emocional adecuadamente. Cuando esto no ocurre y una persona no puede controlar su coraje puede presentar una respuesta violenta o agresiva. Además, de provocar otros problemas en su medio ambiente. Por tal razón, es de suma importancia que entiendan y comprendan cómo funciona su cerebro desde una perspectiva neourofisiológica. Este conocimiento permite una mejor comprensión de la dinámica que se desarrolla entre las diferentes estructuras cerebrales.


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